I g l e s i a E v a n g é l i c a C o n g r e g a c i o n a l

"El mejor testimonio para un mundo lastimado es una iglesia saludable"

La Iglesia Evangélica Congregacional enseña lo siguiente acerca de:

1. La Trinidad: Dios existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; II Corintios 13:13-14) y cada una de estas personas merece la misma adoración y gloria.

2. La Biblia: Las Sagradas Escrituras fueron inspiradas por Dios (II Pedro 1:20-21; II Timoteo 3:16) por lo tanto sus palabras son inerrantes e infalibles, además es la única autoridad en materia de fe y práctica.

3. El Hombre: Fue creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27), pero, por su propia decisión pecó manchando dicha imagen y esclavizando su voluntad al pecado, por lo tanto, está destinado a eterna condenación a menos que sea regenerado por el Espíritu Santo (II Timoteo 2:25-26; Romanos 8:6-7; Romanos 7:14; Juan 8:34,36).

4. La Salvación: Es un regalo de Dios obtenido solo por gracia a través de la fe en Cristo (Efesios 2:8-9), únicamente Cristo puede perdonar nuestros pecados por su obra en la cruz (I Corintios 6:20), él nos da libertad y vida eterna (Efesios 2: 1-2). Pero, aunque la salvación es por gracia divina, el hombre también tiene responsabilidad de sus actos (Juan 3.36; Santiago 1:13-14).

5. La Iglesia: Es el cuerpo de Cristo y ha sido llamada a ser santa y sin mancha (Colosenses 1:22), en ella exponen las Escrituras los ancianos o pastores, los diáconos son los encargados de la administración y organización, pero todos los creyentes deben participar activamente en la vida de la iglesia local (Hebreos 10:25).

6. Las Ordenanzas: Nuestro Señor Jesucristo instituyó la Santa Cena como recordatorio de su obra en la cruz (Mateo 26:26-30) y el bautismo de creyentes y de los hijos de los creyentes, por aspersión o efusión del agua sobre la persona, como representación de nuestra unión con Él, al morir al pecado y resucitar a una nueva vida e indicando nuestra purificación (Mateo 28:19; Hechos 2:39).

Una ampliación de nuestras creencias doctrinales están resumidas en la Confesión de Fe de Westminster (1647)